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domingo, 26 de mayo de 2013

Propiedades de la lana…

Lana, noble, ancestral, viva, sostenible, natural, biodegradable, confortable, cálida.  Me encanta trabajar con lana pura. Se reconoce como un material rico en sus propiedades: mantiene un calor amable, en sus fibras crea capas de aire, que hace un excelente aislante térmico que protege tanto del fío como del calor. Además absorbe la humedad cuando es excesiva  y a la vez repele el agua, gracias a la lanolina, una grasa natural que tiene la lana en su estado puro, extraída y utilizada en la medicina y cosmética. 
Además la lana tiene memoria, vuelve a su forma original cuando se ha estirado o doblado. Repela la suciedad y es impermeable. 
Visto a mi hija con lana desde muy pequeña, y nunca ha tenido reacciones alérgicas, es un calor muy agradable para los niños, los tranquiliza y mantiene temperados. Que mal cuando las fibras sintéticas hacen estática al manipularlas. Eso sí, ojo que a la lana pura hay que protegerla de las polillas, les encanta y van dejando sus huevos en ella, la rompen y estropean todo.  Se repelen con bolsitas con hierbas aromáticas (fuertes).



En este invierno...

Algunas cosas para este invierno, algunas para mi hija y otros han sido pedidos. Si bien tejo de todo un poco, esta temporada me he concentrado en la ropa de bebé y niños, trabajadas en algodón y lana de oveja natural y teñida de manera orgánica (con tintes vegetales)



Tejido con lana de oveja teñida con eucaliptus.



Mi hija, vestido y gorro en lana de oveja.
Chaleco bebé tejido en algodón.






Tejido con lana de oveja teñida con tintes vegetales (nogal)







Tejiendo con gusto…

Es el espacio en el que el tiempo se detiene, la concentración de la repetición obligada, punto tras punto me conecta, a veces sin buscarlo recuerdo sueños que he tenido hace varios días, o vienen memorias, partes fragmentadas que se van reorganizando en la mente, todo viene por impulsos involuntarios mientras tejo. Es tan agradable, sobre todo al intentar cosas nuevas, lo estimulante de la creación, cuando lo que estaba en la cabeza se materializa, a veces mejor de lo que pensaba. Por eso me cuesta mucho trabajar en serie, nunca repito exactamente igual una pieza, hacerlo me aburre, el proceso se vuelve mecánico.  Porque no es sólo la forma, la herramienta que elegí para tejer, o los puntos que utilizaré, además se juega con los colores, texturas visuales y táctiles, el olor de la lana de oveja teñida con vegetales… lo máximo. Las tejedoras compulsivas me entenderán.